La fascinación por los pares de contrarios es eterna en español. Pares o nones, Indíbil y Mandonio, conmigo o contra mí, Menéndez y Pelayo, Ramón y Cajal...O las parejas de toreros, futbolistas, Daoízes y Velardes, cantaores y cantaoras, refranidades y otras metáforas de la lengua cotidiana.
Como otras oposiciones de la ficción, lo público y lo privado parecen una antinomia, cuando lo que presuponen o implican es que el estado es mío y, por ende, yo le creo a mi familia empleo en el mismo estado o la coloco en empreas de ficción que alimento yo desde el estado. O privatizo el estado cuando pierdo y yo lo compro o estatalizo mis pérdidas privadas en el nombre ampuloso de lo público.
Sólo falta repasar la prensa o la historia para comprender que el liberalismo no es más que la fase áulica del estatalismo. El funcionariato como forma de ser. La familia, como forma de proceder.
domingo, 23 de noviembre de 2008
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