lunes, 17 de noviembre de 2008

CONFIRMACIÓN

Para acabar con la monotonía del trabajo, alguien inventó la monotonía de los fines de semana. Con una diferencia: mientras el trabajo cotidiano está previsto por las empresas, los fines de semana han de inventarse uno a uno o se cae en la monotonía de la repetición.

Claro que, previendo la poca imaginación de las personas sometidas a lo cotidiano, empresas llamadas de ocio (Ayuntamientos, Museos...)
programan presuntas alteraciones a la programación diaria.

Pocas veces como hoy, los viajes exóticos han formado parte de lo programado. Y, casi siempre, se vuelve hablando de los aeropuertos, de las maletas perdidas, del cansacio de las horas interminables de vuelo...

(Algunos escritores viajan en invierno y se creen más libres. Sólo por las fechas lo son. Sólo por las fechas.)

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