domingo, 28 de septiembre de 2008

IDEA

Desde hace milenios, sólo los pueblos campesinos, sin burguesías urbanas, conceden a profesores y escritores de novelas la dirección teórica de sus asuntos sociales. Con el consabido final del terror.

LASCIATE OGNI SPERANZA

LASCIATE OGNI SPERANZA
A veces, oigo en las salas crepusculares de los congresos lamentaciones sobre la muerte de la alta cultura europea. Es curioso que esas quejas salgan de profesores provincianos que han conseguido ser funcionarios, condición que niega la condición de alta cultura. ¿Libertad de elegir desde la nómina?

¿Cómo un profesor o profesora provinciana intenta explicar valores morales desde un sueldo de 2000 euros y una tarima desconchada? ¿Valores morales de quién?¿Voltaire en las perranías? ¿Epicuro en las procesiones y fiestas de guardar? No: los suyos.

Poco a poco me he dado cuenta de que son hacedores de manualitos y organizadores de mesas redondas. Precisamente ahí donde la alta cultura - la escuela, la fiesta, el mogollón, el certificado - es imposible.

Sería más elegante llamar bazofia a sus enseñanzas - citas a pie de página - y presunción a sus resúmenes atrasados. O sea: cultura popular, ese oxímoron congresual donde la ignorancia se llena de tecnicismos.

LIBRO DE AUTOAYUDA

Theodor W. Adorno, Minima moralia. Reflexiones sobre la vida dañada.. Akal.

(Alumnos ESOtéricos, abstenerse. Profesoras de español como segunda lengua, abstenerse. Iluminados de la ciudadanía,nacionalistas y autonomistas, comisarios de exposiciones, sectarios religiosos...etcaetera, abstenerse)

domingo, 21 de septiembre de 2008

LIBERALISMO ES...

aquella doctrina que asegura el latrocinio de los liberales mientras el robo va viento en popa y, cuando vienen mal dadas, otros amigos liberales (primos, sobrinos y demás familia) a quienes hicimos Presidente de los Estados Unidos, Presidentes de los Bancos Centrales, Secretarios del Tesoro con ayuda de los votos de los obreros, nos cubren las espaldas y nos pagan el montante de los robos.
Después de llevarnos, crudos, 2000, 3000, 10000 millones de dólares limpios de polvo y paja.
En los libros se llama a esto teoría del meritoriaje, ética de la responsibilidad y otras metáforas.

martes, 16 de septiembre de 2008

PARA ENTENDER LA INFORMACIÓN

http://es.wikipedia.org/wiki/Lista_de_prejuicios_cognitivos

DE GUSTIBUS NON EST DISPUTANDUM

Hay 15.000.000 de páginas web sobre gustos. Para que luego digan que sobre gustos no hay nada escrito. Pasa con los gustos como con la filosofía: 47.000.000 de páginas web.
A qué perder el tiempo.

GOLF PARA LINGÜÍSTAS

Si el simulacro social del trabajo no le deja respirar, si se aburre con las ideas reiterativas de la identidad o si ha alcanzado ya esa madurez vital que postula que la vida es algo más que consumir y acumular, está usted preparado para jugar al golf. Juego social eminentemente individual, en el golf son inusuales esos rugidos insoportables de los campos de fútbol o esos gritos de guerra con que algunos jugadores y algunas jugadoras de tenis acompañan su saque.
Las personas que van a jugar un partido, sea de 9 hoyos o de 18, se saludan cortésmente en la Casa Club y se dirigen a los tees o puntos de salida hablando de cosas como el índice Dow Jones o las OPAS sobre Hidrocantábrico pero, una vez empezado el partido, los comentarios se centran en las palabras fundamentales: el drive o golpe largo con madera, los hierros que deben usarse en el fairway, en los roughs o en los bunkers y el tipo de ángulo y la dirección del viento. No quedan al margen otras palabras como el approach, tiro corto para aproximarse al green y las discusiones se centran ahora entre el palo SW y el palo PW. Más tarde, ya en el green, el silencio se adensa cuando se trata concentrarse en el putt para embocar.
Como ya habrán notado, uno de los problemas es hacerse con los cuarenta o cincuenta términos de la lengua inglesa que dan nombre a las partes del campo, a los golpes, a los palos, etc...pero ya existen en español expresiones como “uno arriba”, “dos abajo” para decir que se va ganando o perdiendo y se escucha mucho “empatar” para la expresión inglesa all square . Igualmente fácil es la traducción de “albatros” o doble eagle, embocar con tres golpes menos del par del hoyo, eagle, dos menos, birdie , uno menos, o bogey, hacerlo con un golpe de más, doble bogey, con dos más, triple bogey, con tres más, etc... Cuando a la bola se le pone el efecto hacia la izquierda se puede decir así en vez de decir hook y en vez de slice se puede usar “efecto hacia la derecha” y se puede dar a la bola un efecto de retroceso en vez de darle backspin.
Pero, una vez superados estos pequeños inconvenientes durante las primeras sesiones, la inmisirecorde cotidianidad se va desvaneciendo y usted ya sólo se preocupa de encontrar a algún amigo que juegue con usted o bien organizar partidos siguiendo otras modalidades de juego como los Threesomes o los Fooursomes, en los participan tres o cuatro jugadores y puede jugar también solo, repitiendo una y otra vez los golpes de salida (mulligan) o los golpes para embocar (putters). Y el próximo puente, en vez de repetir por enésima vez el previsible y obligatorio viaje hacia las playas o hacer rutas gastronómicas, puede viajar usted al lugar donde se celebre el Abierto Británico (British Open) o apuntarse a algún torneo de aficionados (amateurs).
Verá usted el mundo de otra manera cuando rodee usted el lago artificial del hoyo 15 mientras mira el tráfico infernal de la carretera o cuando, camino de la casa Club, vaya usted comentando la caída del hoyo 5, lo rápida que estaba hoy la hierba o el birdie que hizo usted en el 17 entre referencias a The economisto al penúltimo modelo de palos de titanio. Y el día en que usted, ya experimentado, consiga igualar el par del campo, será uno de los días más felices de su vida. Aunque sólo le interese pasear, relajarse y jugar por jugar.

lunes, 15 de septiembre de 2008

ARCAÍSMO

...ha hecho correr ríos de tinta...

En tiempos de las pantallas líquidas, en tiempos de los blogs e Internet...Las metáforas periodísticas, las palabrolandias, los arcaísmos de una mirada paleolítica sobre el mundo real...

domingo, 14 de septiembre de 2008

DEL AMOR POR LA LECTURA

Casi todos los misioneros que encabezan rondas por los institutos, concejalías, cajas de ahorros, impulsando el amor por la lectura son escritores mediocres, si es que no es un epíteto lo de mediocres, o profesores hacedores de prólogos. Y, claro, periodistas escritores de esos que firman: X es periodista y escritor. O viceversa, que tanto monta.
Pero nadie les podrá quitar el dolorido sentir de los 100 euros por charla, tal vez un precio demasiado alto porque quien paga suele ser uno de ellos o una de ellas nominados para la secretaría política de turno. Y tal vez convenzan a las ínclitas razas ubérrimas de que compren uno de sus libros o de sus prólogos. E, incluso, los lean.

sábado, 13 de septiembre de 2008

TEST

A veces, una o dos veces al trimestre, abro los suplementos culturetas de la prensa dominical. Repaso títulos, leads, metáforas patéticas, del crítico de turno. Y compruebo que es buena mi lejanía de la cotidianidad.
Luego, retorno a la biblioteca, a las manías cada vez más ancladas en un tiempo en que el costumbrismo y el instituto no formaban parte de los libros. Ni, claro, de los pensamientos LOGSE que emborronan la cotidiana vulgaridad.

LIBROS

No tengo problema en escribir que La Ilíada y La Odisea, incluso en malas traducciones, son dos de los mejores libros de la literatura española.

EL DECIR Y LO DICHO

Suelen ser profesionales de reconocido prestigio. Curioso sintagma, en un país donde sólo cuenta el apellido, la familia, los conocidos, la secta, el partido o el barrio y donde el mérito suele ser una tara.
Léase, pues, el reconocido prestigio como un signo de pertenencia a la familia, la secta, el barrio o el partido.

POLISÍLABAS

Esternocleidomastoideo
Hipopótamo
Electrocardiograma
Cinematografía
Interdisciplinar

PUDOR

La carretera se ha cobrado 24 víctimas mortales este fin de semana
El huracán X se ha cobrado 47 víctimas mortales a su paso por el Caribe


Nota. Pareciera que el huracán, la tormenta tropical, la carretera han acabado convirtiéndose, en la papilla periodística, en cobradores de autobús. La metáfora, también bancaria, esconde el pudor del tabú.
Observen, además, que no es lo mismo muertos que víctimas mortales.

jueves, 11 de septiembre de 2008

ODIO A LOS HOBBITS

Uno de los mejores amigos de John Ronald Reuel Tolkien, Roy Campbell, ha estado de la guerra civil española. El día 6 de octubre de 1944, Tolkien le escribe emocionado a su hijo que “este retoño de una familia protestante del Ulster se hizo católico después de esconder a los padres carmelitas en Barcelona, en vano, ya que fueron atrapados e hicieron con ellos una carnicería, y Roy Campbell perdió casi la vida. Pero salvó los archivos carmelitas de la biblioteca incendiada y los sacó de la zona roja. Habla español con soltura y ha sido torero. Como sabes, luego luchó durante toda la guerra del lado de Franco, y entre otras cosas estaba en la vanguardia de la unidad que echó a los rojos de Málaga con tanta rapidez que el general de éstos no pudo llevarse su botín y dejó en su mesa el brazo de Santa Teresa con todas sus joyas”. Su otro amigo, C. S. Lewis, es retratado con tintas negras: “Las reacciones de C. S. Lewis fueron raras. No hay mayor tributo a la propaganda de los rojos que el hecho de que él, aun sabiendo que en todo lo demás mienten y calumnian, se cree todo lo que dicen contra Franco y nada de lo que se dice a su favor (como el discurso de Churchill en el Parlamento). Pero después de todo el odio hacia nuestra iglesia es el único fundamento de la iglesia anglicana…Por ejemplo, C.S. Lewis venera al Santísimo Sacramento y admira a las monjas. Y sin embargo se subleva si meten en la cárcel a un luterano, pero cuando asesinan a sacerdotes católicos no se lo cree (me atrevo a decir que en realidad piensa que se lo merecían)”.
Estas son algunas de las ideas-fuerza de la vida de J.R.R. Tolkien, el creador, hace cincuenta años, de un universo narrativo cuya lectura se está haciendo progresista merced al éxito mundial e interactivo de las películas de la saga El señor de los anillos. Nadie parece dudar, al menos en principio, del universo incontaminado de la Tierra Media, con su vida pastoril, sus bosques animados, las flores, los setos, las “razas” que utilizan lenguas primigenias, paradisíacas, similares a las de los cantos religiosos de West Midland, con mezcla del finés, del gaélico, de otras reminiscencias primigenias.
Pero tal vez sería conveniente no olvidar el principio y los orígenes lingüísticos de la construcción de la saga de El señor de los anillos. Tolkien abominaba de toda actualidad. Nacido en Sudáfrica, dedicado a sus estudios de leyendas gaélicas, estudioso apasionado del poema romántico Kalevala, del poema anglosajón Beowulf, su reconstrucción de un paraíso originario remite al romanticismo. Como ocurriera en el siglo XIX, Tolkien alimenta su sueño en una Edad Media idealizada, en la que existe una concepción comunitaria de la vida sencilla: la sabiduría, la compasión, la camaradería, el triunfo de la Luz contra las tinieblas, el sacrificio de los héroes camino del Monte Predestinación. Frente a esa comunidad pacífica y soñada, se alzan las tinieblas y el desorden civilizatorio del jardín de Gondor, los estanques llenos de cenizas cerca de Mordor, las Tierras Pardas, las Ranuras de Gorgoroth…
Para quienes aprendimos a leer historias inglesas del siglo XIX, y a Stevenson y Moby Dick, no hay ninguna duda de que nos hallamos a las puertas de una nueva interpretación juvenil de una saga intelectual poderosa, ahora vivida en casas rurales de diseño, hablada con lenguas minoritarias, alimentada con música céltica o new age. Pero el arribafirmante siempre ha desconfiado de los beatíficos elfos y de los melifluos hobbits. Y de la propaganda de sus virtudes. Salvando las distancias, siempre ha sido un fervoroso partidario de Julio César frente a la aldea gala de Astérix y Obélix. Por eso es un ferviente enemigo del embeleco de los primitivos, de la deriva de la Comunidad del Anillo. Porque en esas aldeas, ensoñaciones comunistas, se engendran los universos de Minority report. Lo supo el autor de La guerra de las galaxias: los melifluos aspirantes a Jedis pueden acabar encarnándose en El lado obscuro.

LA LÍNEA ASCENDENTE

Cuentan las desdentadas historias de la literatura griega clásica que después de Esquilo y Sófocles, que habían tratado en sus obras sobre los dioses, la patria y los héroes, el teatro griego, ya democrático, decidió ocuparse de los hombres. Y aparecieron la comedia y la risa. Los ilotas y el pueblo se reían de Sófocles, y el filósofo se convirtió en motivo de cachondeo. Años después, todavía se seguían riendo del hijo de la partera en las comedias subvencionadas de Aristófanes en los circos, en los teatros, en los anfiteatros por las consecutivas dictaduras. Luego, en una línea ascendente, vinieron el pan y el circo, y Calígula y su famoso caballo consular. Los esclavos y el pueblo seguían riendo. Veinte siglos después, causa espanto constatar el hecho de que algunos propagadores de la consigna escuela y despensa, una sinécdoque de pan y circo, engrosasen los presuntos partidos políticos serios con un montón de gladiadores y dedicasen tantos recursos a la comedia, a la risa.
No se puede competir con los gladiadores. No se puede, en nombre de la cultura, darle alas al populismo. No se puede abandonar la biblioteca, la reflexión y el silencio, predicar la ignorancia y el sentimentalismo desde los escaños de las silenciosas bibliotecas y echarle la culpa al pueblo, al verdadero no al idealizado, al realmente existente. Máxime si uno ha estado durante décadas en la nómina del dueño del circo.
El resultado, lo sabía cualquiera, era que no habría nada más importante que el circo. Da igual cómo lo nombren o lo renombren en las escuelas parisinas o milanesas. Es circo. Nunca, ni en tiempos de Roma, hubo tantos circos, teatros, anfiteatros. Nunca, ni en tiempos de César, tuvieron tanto poder los gladiadores. Al menos, éstos no engañan. Se han hecho de oro dando vueltas al ruedo, cantando, actuando, llenando los estadios, arrasando en los conciertos. En Europa hay más de 200.000 cómicos, juglares, deportistas, gladiadores, ocupando puestos de concejales, de asesores culturales en los partidos tenidos como serios.
Y, millonarios, han comprado el circo. (Muchos portavoces de los gobiernos llamados serios forjaron su carrera política en la prensa rosa o deportiva). Era sólo cuestión de tiempo el que los dueños del circo, los antiguos gladiadores, se dieran cuenta de que la llamada cultura del entretenimiento se había convertido en la única cultura. Y algo más: que el circo era, de hecho, como ya supo Julio César, la única política.
Una muchedumbre de los viejos políticos serios y de sus asesores filosófico-culturales se han despertado ahora como arrebatados rasgadores de vestiduras ante el triunfo de los gladiadores. Tal vez, su sueño de la cultura no fuera sino presentar un espacio de televisión o ser un gladiador. O el gerente del circo; no son ni siquiera verosímiles sus citas, ya tardías, de Baruch de Spinoza, arrojado a las tinieblas exteriores por añejas dictaduras. No es de recibo la crítica del populismo cuando han sido ellos los que, ignorantes de la gran cultura, se entregaron con pasión al sentimentalismo.
Así pues, ojo con los nuevos ideólogos del otoño. Regresan pletóricos del circo veraniego. Y traen las alforjas repletas de las viejas metáforas que alimentan el nuevo populismo. No los compadezcan, pues. No se crean sus lágrimas de cocodrilo. Por fin, van a hacer realidad el sueño teórico de su vida: la dictadura del proletariado no era la lucha final. El último peldaño era la dictadura de la cultura de los gladiadores. El circo. Al fin y al cabo, la única cultura, la única política que conocen bien. La suya.

APOCALIPSIS CASTIZO

Diga: Con la que está cayendo...

LA IMAGINACIÓN, AL PODER

Diga: La botella está medio llena. En caso contrario, la botella está medio vacía.
Diga: A quien madruga, Dios le ayuda. En caso contrario, no por mucho madrugar amanece más temprano.
Diga: En abril, aguas mil.
Diga: Si marzo mayea, mayo marcea.
Diga: Somos de muerte. Diga: No era su hora.
Diga: He vuelto a nacer.

Y así ad infinitum. Lo harán tertuliano. La harán tertuliana. Le ofrecerán incluso una columna adosada de opinión.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

SERENDIPITY

Diga en sus ilustradas conversaciones autonómicas la palabra serendipity y un aura de modernidad le envolverá. Ahí es nada: serendipity. Sobre todo, si la dice en un entorno de cursos de verano, con escritores y periodistas culturalistas.

VOCES

Después de veinte siglos de estudios, en los que las únicas voces eran la activa, la pasiva y la media, los investigadores de las vanguardias sastras han descubierto la voz narrativa.

ÚLTIMAS NOTICIAS

Según fuertes dignas de todo crédito, después de descartar al autor implícito, se ha sabido que el asesino es el lector cómplice.

CONSUELO

Diga en alta voz estanflación y sentirá una paz interior, un consuelo espiritual.

LIBROS DE AUTOAYUDA

Nouus Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum Sevilla . 1632 .
http://fondosdigitales.us.es/books/digitalbook_view?oid_page=217582

http://www.aloha.net/~mikesch/ILP-1559.htm

IDEAS AVANZADAS

No pongas todos los huevos en la misma cesta.

Alumno de la ESO: ¿Qué es una cesta?

OXÍMORON

Crecimiento negativo.

Por ello, señores y señoras presuntamente serios - o séase, economistas, ministros, Dircoms... lo predican casi todas las horas en los hojas salmón de los negocios.

martes, 9 de septiembre de 2008

CORAZÓN DE TINIEBLAS

Decían los clásicos que, cuando aparece una gran novela, la tradición se reordena. Yo pienso, en cambio, que anuncia el futuro. Desde hace al menos cuarenta o cincuenta años, la obra de Conrad, Corazón de tinieblas (1898-1899), no ha hecho sino confirmar el futuro. Primero, el Congo; luego Camboya, a través de Apocalypse now; más tarde, Afganistán. Ahora, desde hace unos meses, el terrorismo ciego puede ser explicado como un viaje al corazón de las tinieblas de Occidente río Congo abajo. E Irak.
En todos los casos, se trata de agentes de la Compañía que han entrado en contacto con los límites de la frontera. Nosotros, la Compañía, los mandamos, los aleccionamos. Nos interesaba el marfil y allí enviamos a nuestros agentes. Pero llegan noticias confusas. Enviamos emisarios, pero algunos fueron atacados, muertos. Otros se pasaron al bando de Kurtz. Pero el Marlow de turno tiene otra visión de las cosas. Ha estado en el río, ha visto la noche, ha visitado la selva de Kurtz. Ha visto de cerca el negocio de Occidente en el corazón de las tinieblas. ¿Le llama a esto método erróneo?...No hay ningún método.
Pensemos en el nuevo Kurtz: Saddam Hussein. Como el coronel Kurtz de la película, era un agente impecable. Nosotros lo armamos. Un día lo utilizamos contra Jomeini, que había destronado a nuestro mejor agente, el Sha de Persia. La revolución iraní se detuvo, como se detuvo la invasión soviética en Afganistán gracias a Arabia Saudí y a nuestro agente especial Ben Ladén. A Saddam le vendimos gas mostaza. Le permitimos montar los laboratorios que podrían construir la bomba atómica. Por eso sabemos que lo puede lograr. Nosotros, nosotros lo hicimos posible. Pero Saddam, a diferencia del Kurtz de la novela de Conrad, se lo creyó. Y entonces decidimos que el agente especial estaba enfermo, loco. Había que sustituirlo. Además, están allí los nuevos agentes especiales, los israelíes. El marfil sigue siendo necesario.
De nuevo, como sugirió hace treinta años James Clifford, Occidente vuelve a recurrir a las fronteras, como ya hiciera Roma, contra la amenaza de su disolución moral. Vuelve la Inglaterra victoriana de Mattew Arnold: contra la fragmentación de la vida moderna, se alza la integridad cultural, esa ficción colectiva de Occidente. Conrad había escrito: “Estamos alquilados como viajeros perplejos en un hotel desordenado e incómodo”. Él, polaco, elegiría el inglés para ordenar el mundo. También Marlow se entendía con Kurtz en inglés. Viajero por los mares de China, Conrad tal vez intuía la necesidad de las soluciones clásicas: los procónsules, los virreyes, el general gobernador del Japón de 1945. Kurtz le había dicho a Marlow: “Exterminad a todos los brutos”. Porque la Compañía no puede vivir sin el marfil.
Conrad escribió en otro lugar que la empresa belga en el Congo constituyó la más vil rapiña que jamás haya desfigurado la historia de la conciencia humana y la explotación geográfica. La partida de la Estación Interior acaba así: Y entonces aquella imbécil muchedumbre de la cubierta comenzó su pequeña diversión, y yo no pude ver nada más a causa del humo. En la película, los bombarderos dejan caer sus bombas como prueba de la nueva civilización.
Tras la rapiña, el terror. Pero el barco regresa a la civilización y la Compañía quiere leer el informe de su orgullosa Sociedad Internacional para la Supresión de las Costumbres Salvajes.
Ahora, los lectores, los televidentes, miran el corazón de las tinieblas en la puerta de su propia casa, de sus lugares de recreo: la zona cero, Bali. El río Congo pasa por su propia puerta. Teníamos que respirar hipopótamo podrido sin contaminarnos. Pero no lo hemos logrado. Lo muestran sin cesar los telediarios: la selva nos ha contaminado. Asistimos, desde el confortable salón del té, a la presencia invisible de la corrupción triunfante… El horror, el horror.

lunes, 8 de septiembre de 2008

LIBRO DE AUTOAYUDA

Sexti Empirici Adversus mathematicos, hoc est, adversus eos qui profitentur disciplinas, Gentiano Herveto Aurelio interprete, Parisiis, M. Javenem, 1569.

http://la.wikisource.org/wiki/Liber:Sexti_Empirici_Adversus_mathematicos

domingo, 7 de septiembre de 2008

PALABROLANDIA XVIII

Dice: Cajón. Debe decir: Podio.
Dice: Subió al cajón. Debe leerse: Quedó el primero, el segundo o el tercero.
Dice: Acarició el podio. Debe leerse: Quedó en cuarto lugar.
Dice: No pudo ser. Debe leerse: Perdió.

LOS CICEROTÓNICOS

Leo que a ciertos profesores de humanidades se les conoce en cierta jerga como “cicerotónicos”. Según un profesor universitario de Humanidades, los cicerotónicos añoran como enseñanzas formativas el griego, el latín y los grandes textos de Cicerón, echan de menos un Parnaso donde el latín sea obligatorio, donde no se cometa una falta de ortografía y donde todo el mundo se sepa de memoria la lista de los reyes godos. Y concluye: creen que el verdadero conocimiento tiene que ser inútil, cualitativo y no instrumental.
Al acabar de leer el panfleto, he comprobado que no había ninguna falta de ortografía, lo cual debe de haberle creado a su autor un trauma elitista. Lo de los reyes godos no lo voy a comentar, aunque el argumento, tan brillantemente expuesto, tan moderno, es un ataque contra la memoria, como lo es el desprecio del latín, del griego y de Cicerón. ¡Qué manía, qué fijación tienen los populistas de todo signo con el latín y el griego! Lenguas muertas, les dicen. Como sus autores muertos: Homero, Virgilio, Sófocles, Horacio, Tácito, Tucídides, Séneca, Ovidio, Jenofonte. Excrecencias culturales. Antiguallas. Como su mitología, como la guerra de Troya, como el laberinto, como el viaje de Ulises. Y qué obsesión con Cicerón, ese ridículo escritor de obras sobre la oratoria o la naturaleza de los dioses, ese presuntuoso pensador sobre la amistad, ese anticuado escritor de cartas a los amigos, ese estúpido autor de discursos políticos y forenses, que, desde la diatriba italiana del Quinientos, ha pasado a los institutos con fama de obscuro.
Pero la clave del ataque no es la pulcritud de la lengua. No. La clave del ataque son los adjetivos que acompañan a la forma de ese conocimiento: inútil, cualitativo, no instrumental. No instrumental quiere decir que ciertos profesores humanistas no son de este mundo, porque sus saberes no tienen nada que ver con la vida real de las habilidades sociales, una metáfora del pelotazo. Es decir, esos saberes clásicos los inhabilitan para el pesebre de los apriscos. Precisamente por ser cualitativos, o séase, no apropiados para las boyeras, inadecuados para las habilidades rebaniegas, para la plácida vida de las majadas; en una palabra, socialmente inútiles.
Porque el patético especialista parece tener claro que nadie antes, ni siquiera Cicerón, haya meditado nunca sobre la República. Nadie antes, ni siquiera Cicerón, ha tenido hermanos pequeños ni amigos. Nadie antes ha meditado sobre los amores, la familia, el viaje. Nadie antes ha sentido la soledad, la muerte o el desarraigo. Nadie antes ha conocido la traición. Nadie antes ha sido derrotado y ha meditado sobre la derrota. Y menos que nadie los latinos y los griegos. Sobre todo en este espacio que llamamos Europa. En este espacio nadie, según el patético especialista, ha meditado sobre la educación. Y si lo ha hecho en latín o en griego es que es un elitista, un partidario de la cualidad, un loco que persigue un conocimiento inútil.
No sé a qué esperan los ideólogos de la demanda social y de la compasión para derribar las bibliotecas que acogen centenares de miles de libros de esas antiguallas grecolatinas. ¿Y por qué no, ya puestos, derribar los templos, los anfiteatros, el Partenón, los coliseos, las ruinas de Villa Adriana y de la casa veraniega de Catulo, los arcos, todo vestigio de aquella civilización estúpida? De esa forma, se liberaría (¡Qué hermosa metáfora igualitaria!) suelo urbano y, en su lugar, se podrían hacer bonitas torres, acollonantes, de ochenta o noventa pisos de altura. Gráciles, elegantes, modernas, con los aparatos de aire acondicionado dando a la calle. En sus bajos de podrían construir botellódromos, lugares para psicodramas adultescentes (sic), Parnasos de libertad para el congresódromo permanente con grandes pantallas para videoconferencias (con bocatas “ad hoc”). De este modo, las nuevas generaciones no sufrirían el insulto permanente de una civilización grecolatina odiada por sus maestros, los especialistas de la compasión y de la demanda social.
Ignoro a qué viene tanto resentimiento, si los cicerotónicos no compIten por los espacios televisivos y no firman los certificados de habilidades sociales (7.845.328, en el año 2007) que pregonan la nueva y feliz ignorancia.

LIBRO DE AUTOAYUDA

Georg Christoph Lichtenberg, Aforismos. Edhasa, 2006.

LA TRANSFORMACIÓN DE LA CONCIENCIA MODERNA

Antes había carteles en las carreteras secundarias con una leyenda que decía: Paisaje pintoresco. Ahora la leyenda dice: Lugar de interés turístico autonómico.

DARWIN HISPANIZADO

Las especies que militaron en su juventud en el marxismo, el maoísmo, el trotskismo, el nacionalismo pistolero o los independentismos varios suelen acabar, tras tocar poder o pastar en pesebres diversos, dando cursos de verano, defendiendo los estudios culturales y militando en la restauración. No en la de los Borbones, no; en la de los fogones.

Alcanzadas las mesas de menúes a 300 euros el cubierto, la ideología que practican tiene que ver con esa adaptación al entorno y todas sus asesorías - ya no escriben libros - y todas sus apariciones televisivas están enriquecidas con omega 3 o calcio. Y, claro,con disgresiones cultistas a favor de la cultura de masas y la inteligencia emocional.

UNIDADES DE MEDIDA DEL SIGLO XXI

Se ha quemado una superficie equivalente a 147 campos de fútbol.

sábado, 6 de septiembre de 2008

LIBRO DE AUTOAYUDA

Claude-Adrien Helvetius, De l´Esprit.

/pedagogie.ac-toulouse.fr/philosophie/textes/helvetiusesprit.htm

VARIACIONES SOCIOLINGÜÍSTICAS

La pared. Las paredes.
1. La pared
2. La paréz
3. La paré
4. La paer.

5. Las paredes
6. La parés.
7. Lah paré
8. Lah paere.

OMNISCIENCIA EMOCIONAL

Mira que (te) lo dije.
¿Qué te tengo dicho?
Ya (te) lo decía yo.

viernes, 5 de septiembre de 2008

GRANDES FRASES DE LA HUMANIDAD

Los experimentos, con gaseosa.

LOCUCIÓN CONJUNTIVA

A pesar de la crisis, los ricos son cada vez más ricos.

No veo ninguna rotura de presuposición. Creo que los ricos son más ricos cuando hay crisis, porque absorben la escasa riqueza de los pobres en paro.

EL COLOR Y LA BOLSA

Otra jornada negra en la bolsa
Otro viernes negro en la bolsa
Las financieras se tiñen de rojo

VARIACIONES SOCIOLINGÜÍSTICAS

La autopsia
1.- Laautopsia
2.- Lautopsia
3.- Lautobsia
4.- Lautosia
5.- Lotosia

jueves, 4 de septiembre de 2008

ROMA Y EL URINARIO DE MARCEL DUCHAMP

El turista accidental ha visitado, parsimoniosamente, las “stanze” de Rafael y el apartamento Borgia en los Museos Vaticanos antes de permanecer durante dos horas en la Capilla Sixtina; ha recorrido el palacio Altemps, donde se hallan el Trono Ludovisi y el Gálata Suicida; ha vuelto una y otra vez, hasta seis, a contemplar la Pietà de Miguel Ángel en la basílica del Vaticano; ha ido tres tardes, de 17 a 19 horas, a recrearse ante el Rapto de Proserpina, de Bernini y ante la estatua de Paulina Bonaparte, de Canova, en la deslumbrante Galería Borghese; ha retornado, semana tras semana, al Campidoglio y ha recorrido sin prisas los Museos Capitolinos. Ha visitado los arcos romanos de los Foros; ha subido cuatro veces, desde el Coliseo, a contemplar, atónito, el Moisés de Miguel Ángel en la iglesia de San Pietro in Vincoli. Se ha detenido, petrificado, ante el retrato de Inocencio X, de Velázquez, en la Galería Doria Pamphili; ha visitado, en la iglesia de San Luis de los Franceses, la capilla de San Mateo, donde se encuentran algunas obras cumbre del Caravaggio; ha entrado en San Ivo de la Sapienza; se ha detenido, asombrado ante el retrato de la Fornarina…
Durante semanas, se ha llenado los ojos de belleza. Piensa que en ningún sitio se concentra tanta hermosura. En piedra y en tela. En mármol y en bronce. En los techos, en las paredes, en los suelos. Cree, ingenuo, que esas docenas de palacios y villas, ese centenar de iglesias, ese millar de esculturas y esos miles de pinturas constituyen la mayor concentración, sin contar con los incunables de las bibliotecas, de arte realizado por los hombres.
De vez en cuando, se sienta en una de las innumerables plazas de Roma. Necesitan sus ojos descansar de vez en cuando para poder seguir registrando – no lleva máquina de fotos – en su cuaderno de bitácora este detalle sobre el claroscuro, aquel pliegue de las ropas mojadas, aquel dato sobre tal o cual emperador, sobre este cardenal o aquel Papa; mientras observa a los turistas apresurados, prepara en su cuaderno de bitácora las visitas de las tardes siguientes: la iglesia del Gesù, Santa María in Transtevere y Santa Cecilia, Santa María Maggiore…
Un día, en una de esas tardes novembrinas, abre con desgana las páginas de La Repubblica y lee sin asombro – la mayoría habla de Berlusconi - que algunas docenas de directores de museos, de profesores de historia del arte y de críticos de arte de revistas y periódicos han decidido que el Urinario masculino, de Marcel Duchamp, es la obra de arte más influyente del siglo XX. El turista accidental, que descansa, claro, en el Tre Scalini de la Plaza Navona, rastrea en el artículo, a toda página, las razones de esa elección. Sabe, desde hace lustros, la historia de la exposición, la retirada de la obra, la una y mil veces repetida rebatiña de los dadaístas sobre los objetos de la vida cotidiana en los libros que narran la estupidez de las vanguardias…El nombre que “el artista” (¡artista, que eres un artista!) le puso al artefacto, Fuente, le hace levantar la vista a la fuente de los ríos, de Bernini, que tiene ante sus ojos y recuerda las fuentes de las plazas de Roma que ha recorrido en las últimas semanas y de su boca empiezan a salir imprecaciones irreproducibles sobre los dadaístas.
Ya calmado, cierra el periódico y baja a los servicios. Mira y remira la fuente, igual a otras cien mil en las que ha orinado y orinará. Paga la cuenta y se encamina, ajeno a los críticos, ajeno a los especialistas, al Palacio Máximo. Le esperan de nuevo, y van cuatro, la Nióbide herida, la Afrodita sentada, el discóbolo Lancellotti, las Villas de Livia y de la Farnesina…Tira el periódico a una papelera. Y piensa en las cabezas de esos muchachos que leerán, en sus libros de texto, que el arte empieza con un urinario.
Y cuando todos los alumnos y todos los turistas y todos los críticos, ya convertidos en turistas interactivos, abarroten los Museos del siglo XXI hechos por Calatrava donde se expongan miles de urinarios, vacas o corderos abiertos en canal, camas desechas, mierdas de artistas o raspas de sardina, el turista accidental piensa que tendrá todo el tiempo del mundo y todo el silencio para sentarse durante horas en las salas de la Galería Borghese y en la sola compañía de un cura envejecido contemplará el esplendor de las iglesias de San Andrés del Valle y de San Ignacio. En completa soledad. Como lo ha hecho esta vez. Y el turista accidental sonríe al fin y da las gracias, con un rictus de sorna, a Marcel Duchamp y a los once mil críticos.

lunes, 1 de septiembre de 2008

LOS NUEVOS ÑÚES

Cuentan los libros que un día los hombres hallaron un río, recogieron hierbas, las cultivaron, crearon la agricultura. Se hicieron sedentarios. Ese paso es considerado revolucionario, frente al andurrear anterior, de cueva en cueva. Luego, domesticaron a los animales. Crearon rebaños. Pero...Había un pero. En verano, la hierba, los pastos se agotaban. Alguien recordó entonces que más al Norte o en los montes había hierbas y pastos verdes en verano. Y los hombres llevaron allí sus ganados. Luego, volvían a los valles. Cuando ese subir al monte se hizo costumbre, se creó la trashumancia. En España, con los visigodos.
Los ñúes lo hacen todos los años en el Masai-Mara. Un rebaño de cien millones de ñúes (y algunos millares de cebras) se pone en marcha cuando empieza a escasear la hierba. Andan día y noche, noche y día. Algunos, los más débiles, mueren de hambre en el camino. Luego, llegan al río Mara. Deben atravesarlo. Pero...Hay un pero. Algunas docenas de terroríficos cocodrilos esperan en el río. Los ñúes deben pasar o morir de hambre.. De pronto, el inmenso rebaño que viene detrás empuja a los que están cerca del río. Y durante tres o cuatro días, cien millones de ñúes (y algunos millares de cebras) pasan el río Mara. Poco a poco, los ataques de los cocodrilos y el amontonamiento empiezan a pasar factura. Todos los años, a la ida y a la vuelta, algunas decenas de ñúes mueren. Como la naturaleza dicen que es sabia, los cocodrilos, los leones, los buitres, todos los predadores tienen asegurado el festín. La manada de ñúes ni se inmuta. Como dijera Darwin, hijo de pastor protestante, sólo sobreviven los más aptos. En este caso, noventa y nueve millones, novecientos noventa y ocho mil ñúes (y casi todas las cebras). Cuatro meses después, la hierba se agota. Y, de nuevo, se inicia el retorno, la manada, el paso del río, la escabechina, el triunfo de los mejores.
A poco que se fijen, verán que ahora, como antes del invento de la agricultura, la trashumancia es la moda. Centenares de miles de millones de seres humanos tienen que empezar su trashumancia cada verano. El mismo día. A la misma hora. De nada valen las recomendaciones de Tráfico. Hay que salir. Hay que llegar. Todo el mundo sabe que en la autopista habrá, como en el río Mara, amontonamientos, choques, muertes. No importa. Ir, venir, moverse, se ha convertido en un instinto. Y hacerlo a la vez, todos a la vez. Los domingos, al final de julio y de agosto, llegan las estadísticas. El año pasado, en Europa, 2900 muertos. Más que ñúes. Un número indeterminado, infinito, de heridos graves, velado su número para no causar alarma social. Todos los años las mismas fotos de desechos en las autopistas y carreteras, los modernos ríos Mara. El año que viene, retornará la trashumancia: 10, 20, 30, 40 millones de desplazamientos. Y las metáforas: la partida de los ñúes, el río Mara, los cocodrilos, la vuelta, los cocodrilos. Y la supervivencia de los más aptos que, como en el Masai-Mara, son los ñúes.
Como en los reportajes del Masai-Mara, las fotos de las colas interminables no deben de ser interpretadas como un error, sino como una muestra de poderío. Lo fascinante de esta época es la transformación de un placer en una necesidad, la recuperación del instinto de viajar. Ahora que la agricultura estante se ha convertido en una especialidad, el resto de la tribu puede dedicarse de nuevo a la trashumancia. El pretexto es lo de menos. Por supuesto, nadie se va de vacaciones a descansar. Ni a buscar la soledad. Y nada digamos de leer libros, esa costumbre arcaica. Lo nuevo de los tiempos es formar parte del reguero interminable, del amontonamiento, de la bulla, ocurra ésta en las carreteras, en las gasolineras, en las playas, en las terrazas, en los aeropuertos, en las estaciones de tren, en los fuegos de campamento. Y lo más importante: esas colas, esas muchedumbres debe usted recogerlas en su vídeo para dejar constancia de que usted forma parte de la nueva sociedad civil, de la nueva vanguardia global: la de los ñúes.