martes, 16 de septiembre de 2008

GOLF PARA LINGÜÍSTAS

Si el simulacro social del trabajo no le deja respirar, si se aburre con las ideas reiterativas de la identidad o si ha alcanzado ya esa madurez vital que postula que la vida es algo más que consumir y acumular, está usted preparado para jugar al golf. Juego social eminentemente individual, en el golf son inusuales esos rugidos insoportables de los campos de fútbol o esos gritos de guerra con que algunos jugadores y algunas jugadoras de tenis acompañan su saque.
Las personas que van a jugar un partido, sea de 9 hoyos o de 18, se saludan cortésmente en la Casa Club y se dirigen a los tees o puntos de salida hablando de cosas como el índice Dow Jones o las OPAS sobre Hidrocantábrico pero, una vez empezado el partido, los comentarios se centran en las palabras fundamentales: el drive o golpe largo con madera, los hierros que deben usarse en el fairway, en los roughs o en los bunkers y el tipo de ángulo y la dirección del viento. No quedan al margen otras palabras como el approach, tiro corto para aproximarse al green y las discusiones se centran ahora entre el palo SW y el palo PW. Más tarde, ya en el green, el silencio se adensa cuando se trata concentrarse en el putt para embocar.
Como ya habrán notado, uno de los problemas es hacerse con los cuarenta o cincuenta términos de la lengua inglesa que dan nombre a las partes del campo, a los golpes, a los palos, etc...pero ya existen en español expresiones como “uno arriba”, “dos abajo” para decir que se va ganando o perdiendo y se escucha mucho “empatar” para la expresión inglesa all square . Igualmente fácil es la traducción de “albatros” o doble eagle, embocar con tres golpes menos del par del hoyo, eagle, dos menos, birdie , uno menos, o bogey, hacerlo con un golpe de más, doble bogey, con dos más, triple bogey, con tres más, etc... Cuando a la bola se le pone el efecto hacia la izquierda se puede decir así en vez de decir hook y en vez de slice se puede usar “efecto hacia la derecha” y se puede dar a la bola un efecto de retroceso en vez de darle backspin.
Pero, una vez superados estos pequeños inconvenientes durante las primeras sesiones, la inmisirecorde cotidianidad se va desvaneciendo y usted ya sólo se preocupa de encontrar a algún amigo que juegue con usted o bien organizar partidos siguiendo otras modalidades de juego como los Threesomes o los Fooursomes, en los participan tres o cuatro jugadores y puede jugar también solo, repitiendo una y otra vez los golpes de salida (mulligan) o los golpes para embocar (putters). Y el próximo puente, en vez de repetir por enésima vez el previsible y obligatorio viaje hacia las playas o hacer rutas gastronómicas, puede viajar usted al lugar donde se celebre el Abierto Británico (British Open) o apuntarse a algún torneo de aficionados (amateurs).
Verá usted el mundo de otra manera cuando rodee usted el lago artificial del hoyo 15 mientras mira el tráfico infernal de la carretera o cuando, camino de la casa Club, vaya usted comentando la caída del hoyo 5, lo rápida que estaba hoy la hierba o el birdie que hizo usted en el 17 entre referencias a The economisto al penúltimo modelo de palos de titanio. Y el día en que usted, ya experimentado, consiga igualar el par del campo, será uno de los días más felices de su vida. Aunque sólo le interese pasear, relajarse y jugar por jugar.

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