domingo, 28 de septiembre de 2008

LASCIATE OGNI SPERANZA

LASCIATE OGNI SPERANZA
A veces, oigo en las salas crepusculares de los congresos lamentaciones sobre la muerte de la alta cultura europea. Es curioso que esas quejas salgan de profesores provincianos que han conseguido ser funcionarios, condición que niega la condición de alta cultura. ¿Libertad de elegir desde la nómina?

¿Cómo un profesor o profesora provinciana intenta explicar valores morales desde un sueldo de 2000 euros y una tarima desconchada? ¿Valores morales de quién?¿Voltaire en las perranías? ¿Epicuro en las procesiones y fiestas de guardar? No: los suyos.

Poco a poco me he dado cuenta de que son hacedores de manualitos y organizadores de mesas redondas. Precisamente ahí donde la alta cultura - la escuela, la fiesta, el mogollón, el certificado - es imposible.

Sería más elegante llamar bazofia a sus enseñanzas - citas a pie de página - y presunción a sus resúmenes atrasados. O sea: cultura popular, ese oxímoron congresual donde la ignorancia se llena de tecnicismos.

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